El ciclista y la polución: ¿crónica de la impotencia?

Hola ciclistas! Estos días está el tema de la polución en boca de muchos ciudadanos europeos. El centro de la ciudad de Oslo será libre de coches en 2019. El centro de París estuvo realmente libre de coches en septiembre de este año 2015. Muchas ciudades se plantean alternativas al modelo actual de vida urbana y movilidad. En el caso de Madrid, está claro que teníamos un problema: demasiados coches y un uso casi enfermizo de los mismos (para trayectos muy cortos, con un sólo ocupante, para llevar niños al colegio en tu propio barrio...); estaciones de medición de los contaminantes ubicadas estratégicamente en las zonas menos contaminadas de la ciudad, de modo que bajan la media de las mediciones; protocolos con unos niveles de alarma fijados muy por encima de los niveles de salubridad, y nunca aplicados... El actual ayuntamiento ha aplicado por primera vez esas medidas aprobadas en la legislatura anterior, y los cochistas han rugido de rabia en nombre de "su libertad para usar el coche", mientras el resto de ciudadanos vivíamos axfisiados y niños y ancianos sufrían con el aire contaminado. Con tímidas medidas como CalleAbierta en el Paseo del Prado todos los domingos, cada vez más barrios céntricos cerrados a no residentes, y futuras medidas como un protocolo anticontaminación más exigente, la alcaldesa Carmena va fijando una ruta por un Madrid más respirable y humano. Muchos están enfadados por que se acaban sus privilegios de quemar tanta gasolina como quieran, otros estamos insatisfechos porque queremos más  medidas y más rápido.

Haciendo el bien y así se lo pagan

Mientras tanto, el sufrido ciclista urbano se desplaza en bicicleta, atención, contribuyendo con su gesto al bienestar del resto de los ciudadanos. Si, ese ciclista con el que te cruzas está pedaleando por mejorar la calidad del aire que respiramos todos. Y sí, la persona que va a trabajar caminando, también realiza una buena acción por todos los demás. También los que dejan el coche en casa para coger el transporte público, llevan a sus hijos al cole caminando, o incluso organizan viajes en coche compartido, ocupándolo al completo para ir a trabajar a las afueras de la ciudad. En el caso del ciclista urbano, la gratitud de los demás ante nuestro gesto de ecología y urbanidad no sólo no se hace evidente, sino que los días de restricciones de tráfico por polución los conductores de automóviles pueden convertirnos en el blanco de su ira y su insatisfacción. Pero aparte de esto, el ciclista respira el aire contaminado, al igual que los peatones, sí, pero con una clara diferencia: el usuario de una bicicleta hace un ejercicio aeróbico, consume más aire, respira más polución. Además, no circula (ejem) por las aceras, sino que circula por la calzada, detrás de los tubos de escape de coches, motos y autobuses. ¿No es una delicia, cuando en un semáforo te colocas a dos metros del coche que tienes delante, para alejarte de su asqueroso humo, y dos o tres motos ven esto como una invitación y se colocan justo delante tuyo? Es una sensación apestosa. Pincha aquí si quieres saber exactamente qué estamos respirando estos días.

¿Qué podemos hacer los ciclistas para defendernos de respirar este aire contaminado? Lo siento, pero la realidad es que bien poco. Me explico: existen buenísimas mascarillas (me han recomendado las de respro.com y las de Chainreactioncycles.com), y todos vemos a compañeros en bici llevarlas. Quizá tu mismo eres un usuario de mascarilla. En realidad, las mascarillas que todos podemos permitirnos comprar y que podemos llevar mientras montamos en bicicleta no filtran los gases, sino las partículas contaminantes en suspensión, por así decirlo. Esto quiere decir que te irán fenomenal para cruzar la casa de campo cuando tu alergia esté en su punto álgido, evitando así aspirar partículas polínicas a mansalva. Pero el dióxido de nitrógeno y otros gases insidiosos no te los filtra nadie. Bueno sí, las super mascarillas que usan los bomberos y otras profesiones especializadas, que se pueden tunear con determinados filtros específicos para diferentes tipos de gases. Y sinceramente, ni podemos pagar esas mascarillas, ni pedalear por la ciudad con el aspecto de un soldado ciclista de la primera guerra mundial (que fue cuando los humanos nos hicimos un poco más zopencos si cabe, y se inauguró la guerra química).

Por otra parte, si te decides a usar mascarilla porque eres alérgico al polen o al polvo, o quieres evitarte aspirar las diferentes partículas atmosféricas en suspensión (como hollín), los usuarios de mascarilla advierten de sus contras: la gente te puede mirar raro; evita cierta comunicación no verbal con otros conductores, sobre todo si además llevas gafas; puede hacer pesado  y fatigoso el respirar en los momentos de mayor esfuerzo físico, como las cuestas; provoca sudor en la cara (adiós maquillaje); puede dejarte marcas; y si llevas gafas, es posible que se te empañen en los semáforos y otras paradas, y que las gafas te choquen con la mascarilla en puente y patillas. Por todo ello, también se venden simpáticos filtros nasales (marca Nosk) que te introduces en la nariz, y que yo, como usaria de gafas, pienso probar para la estación alérgica.

Además, según comentan físicos consultados, la contaminación también se absorbe por la membrana cutánea (tengo miedo) y por la mucosa ocular. Recomendaciones: la ducha, al llegar a casa del trabajo, para eliminarnos bien de la piel toda la mugre urbana especialmente contaminante estos dias, y evitar estar muchas horas absorbiéndola. Hay lineas cosméticas con función "anticontaminación", ya os hablaré de ellas más adelante. Y en cuanto a los ojos: unas gafas de ver o un casco con visera tipo moto evitarán que se te metan cosas, normalmente, pero la basura gaseosa sólo podrá ser evitada con unas gafas tipo buceo. Yo no se vosotros, pero me niego a ponerme unas gafas más encima de las mías propias, o a gastarme una pasta en graduar esas cosas.

Espero que el post de la semana os haya sido de utilidad, aunque su triste conclusión sea que tenemos que resignarnos y luchar por que la polución baje por el bien de todos, ya que con mascarillas individuales poco hacemos. Quizá ese es el quid de la cuestión: pensar en toda la comunidad, no sólo en nosotros mismos. Tomen nota, conductores de coches.
Hasta la semana que viene amigos!!