Bienvenidos a una nueva entrega de la serie #enbicialcole!! Hoy me gustaría tratar un tema que quizá os deje con cierta insatisfacción a los ciclistas de pro, pero que espero sea de utilidad a muchas familias que no están acostumbradas a montar en bici por su ciudad (por ahora): se trata de ir al colegio caminando la persona adulta, y en bici el niño pequeño, por la acera. Recordemos que la etapa de aprendizaje temprano es necesaria, y que no todos los padres montan en bicicleta.
Para los peques es una forma ideal de empezar el día, incluso puede ayudarles a vencer inseguridades ante sus compañeros, o la pereza de ir al colegio. Para el progenitor que acompañe al niño (o niños), siempre es un alivio no tener que estar tirando de ellos. De hecho, muchos padres alargan muchísimo el uso del carrito de bebé para llevar a sus hijos en volandas por las mañanas, ya no sólo a la guarde, sino también al cole, con tres/cuatro años. Otros viven estresados llevando a sus hijos al colegio en coche. Otros lo llevan bien, pero tienen ganas de algo más... ¿No es mejor que los niños aprendan a moverse por sí mismos? De esta forma eliminamos el transporte público o el coche, de manera que los padres también caminan. Así, toda la familia acaba haciendo un poco de ejercicio. ¡Y se acabó el estrés y el llegar tarde al cole!
¿De que edades estamos hablando? Pues desde que aprenda a montar en su pequeña bicicleta de equilibrio, hasta los seis o los siete años como máximo. Tendremos que tener en cuenta una serie de cosas: en primer lugar las capacidades del niño: no es lo mismo subir una cuesta a pedales, que en una bicicleta de equilibrio, que será poco útil. Hay que estar seguros de que el niño puede hacer el trayecto, después de observar su resistencia en el parque, por ejemplo. La otra cara de la moneda es que el adulto en cuestión sea capaz de cargar la bicicleta en una mano, y el niño en la otra, si este se cansa, tiene una rabieta, o se hace daño en una rodilla, por poner un ejemplo. Podremos acompañar a uno o varios niños, o ir con un pequeño en bici y nosotros con un bebé en carrito o en mochila. La ruta al colegio no tiene porqué ser la línea más recta ni el camino más rápido, sino aquel que facilite más el desplazamiento y la convivencia entre los diferentes usuarios de la acera: es ideal aprovechar trayectos de acera bici, carril bici segregado, parques, bulevares, y grandes avenidas con aceras muy anchas. Recordad que no hace falta marcarse la obligación de hacer esto todos los días, convertidlo en un juego o una diversión mañanera, y hacedlo cuando os apetezca. Si se convierte en un hábito diario, estupendo.
Lo esencial es aleccionar al pequeño ciclista sobre lo que debe hacer en cada momento:
- Aquí no vale la velocidad de crucero. Debes inculcarle que mientras tu vas caminando a su lado, el debe ir a una velocidad apropiada para que vayáis a la par. No vale sacarte ventaja, ni adelantarte media manzana, porque dejarás de controlar su comportamiento y sus movimientos.
- También debes conseguir que el niño obedezca a la hora de parar, cuando oiga tu indicación de "Stop!". Esto es importantísimo ante semáforos, pero también ante pasos de cebra, salidas de garajes, personas mayores que van por la acera, etc. Un crío que no supera el metro de estatura no puede cruzar un paso de cebra que esté en verde para peatones (y el considera lógico pasar, claro) pero en ambar intermitente para los coches, a toda velocidad mientras tú corres gritando detrás y rezas por que los coches le vean y paren. El niño debe comprender la dinámica del tráfico, los códigos de circulación, y el comportamiento que se espera de el. Si no es capaz de seguir esta disciplina, no puedes ir así al colegio, por razones obvias. He visto algunos padres curarse en salud llevando la bici con una correa sujeta a la parte inferior de la tija. Queda un poco castrador, pero sin duda es efectivo y puede servir para el primer aprendizaje. No ates esa correa al carrito de un bebé, por seguridad.
- Es útil, por ejemplo, poner una mano en su espalda al cruzar la calle, de manera que este contacto físico sustituya el cogerse de la mano al cruzar. El niño debe entender que aún es pequeño y que tú le guías, y que debe seguir a tu lado aunque pedalee autónomamente.
- En caso de que circuléis por la acera en la totalidad o parte del trayecto, el niño debe aprender a respetar a los peatones: nada de giros cerrados en las esquinas, nada de sortear y adelantar, no asustar a los perros, etc. Si circuláis por una acera, lo mejor es circular pegados a la línea de árboles. Esto es preferible a chocarse con la gente que sale de los portales. Y que sea consciente de que aunque timbrar es divertido, en la acera no es de muy buena educación. Es preferible que seas tú el que pida paso educadamente.
- Asegúrate de inculcar a tu hijo que el lugar de la bicicleta está en la calzada o en el carril bici, pero que como el es muy pequeño y tu vas caminando, hacéis una pequeña excepción.
- Es conveniente inculcarle el uso del casco. Y no le sobra, creéme. Mi hijo se hizo una brecha en la cabeza haciendo un caballito con su bicicleta de equilibrio, y desde entonces siempre va blindado. Lo que sobra, quizá, son rodilleras y cosas así, tampoco hay que exagerar.
Al llegar al cole, podemos ofrecer al chaval un poco de agua o unas galletas para reponer fuerzas. Candaremos su bicicleta y su casco en el aparcabicis del cole (versión deluxe) o en esa verja de enfrente (versión realista pero esperemos que poco a poco, cada vez más innecesaria). Invertid en un buen candado para evitar sorpresitas, y la bici estará lista para la salida del colegio. Algunos colegios te dejarán meter el casco en clase, esto es más un tema de los profes y del AMPA, la cosa es hablarlo. Otros padres tendrán la opción de llevarse la bicicleta de vuelta a su casa, a ese trabajo al que van andando que está a la vuelta de la esquina, aparcar el coche cerca del cole y meter la bici en el maletero... las posibilidades son muchas. Incluso puedes aparcar tu bici en el cole, y cuando dejes a tu pequeñín, ya enfilas tú hacia el trabajo. Sea lo que sea lo que tú hagas a continuación, ya tenemos un objetivo cumplido: hemos plantado una semillita de pequeño ciclista, y seguro que muchos compis de su clase se contagian pronto.
Espero que os haya gustado el post, compartidlo si creéis que puede ser de utilidad para las familias, y por favor, contadnos vuestras experiencias #enbicialcole!!
Por cierto, gracias a Carol y a otras mamás y papás por inspirarme.
Hasta pronto ciclistas!!
Por cierto, gracias a Carol y a otras mamás y papás por inspirarme.
Hasta pronto ciclistas!!
(Por cierto, puedes leer aquí el primer capítulo de la serie: Al cole en bici, paso a paso)