jueves, 22 de septiembre de 2016

¿Se ahorra dinero yendo en bicicleta?

Hola ciclistas! Hoy un tema candente: el dinero. El ahorro de dinero es uno de los principales reclamos de la bicicleta como medio de transporte. Yo y cualquier otro ciclista urbano os puede confirmar que la diferencia de gasto respecto a tener un coche es abismal, pero no pienses que ir en bicicleta es gratis porque no es así. Quería escribir este post para ayudar a la gente a decidir de una manera más informada, y también para desmontar ciertos mitos.

Imagen vía 123RF


Ir en bici es muy barato, porque la mayoría de días no gastas nada de nada. De hecho, hay escenarios en los que es prácticamente gratis. Por ejemplo: te regalan una bici de la nada (esto no significa que la bici no cueste dinero, pero no te lo ha costado a tí, eso es verdad), y créeme, incluso aunque sea un hierro usado y viejo, si es de tu talla probablemente te acaban de hacer un regalo para toda la vida. Te la arreglas tú mismo (necesitarás herramientas o alguien que te las preste), te ayuda un amigo, o la llevas a un taller colaborativo de voluntarios para que te la pongan a punto. Aún así necesitas invertir en ciertas cosas como un buen candado, de los caros, para que tu bici siga contigo para siempre. Es posible que tengas que hacerte con un kit antipinchazos (los hay muy baratos), un inflador (o acercarte a talleres o gasolineras que dejen usar uno gratis) y alguna llave esencial. El hecho de usar casco o no, y por tanto tener que comprarlo, depende de tí y de la normativa de tu ciudad. Si tu bici no tiene las luces reglamentarias, también es inexcusable comprarlas. No te la juegues.

Y ya está, no necesitas más. Nunca más. Barato, ¿verdad?

Pero normalmente la bici te la tienes que comprar y después realizas un montón de pequeñas inversiones asociadas a su uso. La compra de la bici es el desembolso inicial de una vida de autosuficiencia en el transporte sostenible. Puedes conseguir una bici bastante barata si la compras de segunda mano. Sólo asegúrate de que su procedencia sea legítima, que no sea robada, y que la persona que la vende es su propietaria. Nadie da duros a cuatro pesetas y fomentando el robo de bicis sólo provocas que el día de mañana te la roben a tí también.

Infórmate bien de tus deseos y necesidades para comprar tu bicicleta. Si sospechas que lo tuyo es un capricho pasajero, no te gastes demasiado dinero. Si estás firmemente comprometido, atrévete a invertir. Compra la plegable de tus sueños que cabe en tu ascensor, la eléctrica que necesitas, la clásica que te enamora, o la híbrida que te servirá tanto en la ciudad como en el pueblo. No tengas miedo a pensarlo semanas o meses. Piensa que te estás comprando "tu coche". Recuerda que las bicis eléctricas necesitan recargarse cada 50-60 km. Pero tranquis, que son unos 20 céntimos de euro cada recarga. A mi me da para toda una semana de ir en bici al trabajo.

Ahora es posible que necesites accesorios: luces, inflador, casco, cesta, sillita portabebés, portabotellas, kit de herramientas... la línea entre la necesidad y "la necesidad" es delgada, así que es probable que gastes bastante dinero, y con alegría.

Después viene el gusanillo de las "otras bicis". Por lo visto, irresistible para todo ciclista de pro. Casi nadie se conforma con una sola, siempre acabas sufriendo el deseo, aunque sea pasajero y no sucumbas, de comprarte otra o varias.

Además, hay muchas empresas dedicadas a diseñar y comercializar ropa y complementos para los ciclistas no sólo deportivos, sino también urbanitas: impermeables chulos, el chaleco reflectante para la noche, cascos vintage, accesorios que te permiten llevar falda sin poner en peligro tu intimidad, o jeans específicamente diseñados para montar en bici están ahí esperándote, y el dinero te quema en las manos. La clave está en tu actitud hacia el consumo y a que pienses bien cada inversión. 

Por último, está el tema de la mecánica. Resumiendo: o aprendes (y compras herramientas); o te lo hacen gratis (puedes acabar siendo como el amigo pesado que siempre pide a su amigo informático que le actualice el antivirus); o pagas por ello a un taller especializado. Debes preveer esto como posibles gastos periódicos, y también pensar que puede haber indeseables gastos sobrevenidos en el tema mecánico.

Y después ya está el tema del seguro, que es un tema bastante tabú, pero que puede incluir asistencia en carretera, seguro de robo, seguro de vida, responsabilidad a terceros, etc. Se paga una vez al año y cada uno decide si lo quiere hacer o no. Lo mismo ocurre con iniciativas para "matricular" tu bici como el biciregistro español. En otras ciudades estoy segura de que las bicis pagan por circular o similares. Infórmate de la normativa en el lugar donde vives.

Con esto quiero transmitiros que ir en bicicleta es muy barato, pero incluso ciñéndote a los gastos más básicos, necesitarás hacer ciertas inversiones. Aunque sólo sea un buen candado, una luz potente para la noche y un casco si lo quieres. O cualquiera que consideres tus básicos imprescindibles en tu caso concreto.

Pero también quiero romper una lanza en favor de la bici como medio de tranporte. No te sale gratis, pero es infinitamente más barata que un vehículo a motor: no gastas en aparcar, no pagas ITV, normalmente no pagas impuestos, no gastas en gasolina, las recargas de la eléctrica son irrisorias, y nunca las pagas a plazos como los coches. Además, en una bici debidamente pertrechada puedes llevar a varias personas, no es verdad que sea un vehículo unipersonal.

La comparación con el transporte público depende un poco de cuánto cueste este en tu ciudad, cuántos km ahorres yendo en bici, etc. En general, la bicicleta supera con creces al transporte público en gasto, ya que este tiene un gasto mensual y la bici, en el peor de los casos, un gasto en taller mecánico cada 3-6 meses y un pago anual de seguro, y en el mejor de los casos (sin seguro, usuario autónomo en tema mecánico, sin accidentes) gasto cero después de la inversión inicial.

Espero haber contribuido a clarificar aspectos económico en torno a la bicicleta que sean útiles para potenciales usuarios reales. Si tenéis dudas, preguntad aquí o a cualquier amigo ciclista. ¡Todos estamos deseando que os animéis a coger la bici!
Hasta dentro de dos semanas!

jueves, 8 de septiembre de 2016

Crónica de un verano (casi) sin bicicleta

¡Hola amigos ciclistas!  ¡Belleza en bici ha vuelto de vacaciones!
El verano ha llegado casi a su fin, ya casi todos estamos en casa y en las oficinas de nuevo. Para mi ha sido un buen verano, pero he echado muchísimo de menos montar en bicicleta. Desde que terminó el colegio en junio la realidad de los campamentos y ludotecas urbanas impusieron su lógica aplastante, y los madrugones mañaneros con mi hijo, las prisas, y los compromisos de muchas tardes hicieron que me pasase al transporte público.

En vacaciones me quedo sin bici y sin ciudad habitual (Madrid) que rodar... y eso me produce una gran desazón y un gusanillo físico y mental que no consigo quitarme. Durante nuestra estancia en un camping playero pude alquilar una bicicleta muy sencilla y verdaderamente muy oxidada y darme uno o dos paseos cada día, pero me sabía a poco, incluso llevando a mi hijo de paquete. El ritmo del recorrido que hago a diario para ir a la oficina no es muy fuerte, pero sí que es bastante más intenso que las vueltecillas que puedas pegar por una zona de vacaciones (si no quieres, como es mi caso, salir a la carretera). Además la bici de alquiler, aunque era muy maja, era demasiado ligera y ni siquiera al sacarla o cogerla me daba tanta caña como la mía, que pesa más del doble. A veces cuando la cogía me parecía que iba a salir volando de lo poco que pesaba...

De prestado, en el camping playero. Foto propia

La sensación general cuando pasas un verano sin bicicleta después de un largo año yendo al trabajo en bici es de que te falta algo. Tu cuerpo se resiente en todos los sentidos: notas como bajas de tono general, puedes empezar a dormir peor, subir una talla de ropa a traición, e incluso que tu ritmo intestinal empeore. Te falta ese ejercicio suave que te proporciona la bici y que es tan beneficioso. En mi caso hasta he llegado a plantearme hacer dieta durante las semanas veraniegas porque veía que de repente mi gasto calórico era claramente inferior, y claro, si comes igual o mucho más y ya no estás haciendo nada de ejercicio diario pues la puedes liar sin enterarte. (Para los curiosos: no, no hice dieta, ¿estamos locos?) Además, cuando la familia no comparte tu afición y ya no tienes un objetivo (la oficina) al que desplazarte es difícil continuar con el hábito.

Al final he ido compensando haciendo alguna ruta suave de marcha o dando paseos largos por la playa, el campo o la ciudad, y procurando meterme en el agua lo más posible.

Pero lo que es más difícil de compensar es, digamos, el "vacío emocional" que te deja no estar montando en bici. Vas a otra ciudad y allí ves a ciclistas urbanos dándose sus paseítos, haciendo la compra o llevando a sus peques, y pasas envidia. Te vas al pueblo y allí no tienes bici. Hablas con la vecina del pueblo que se hace sus rutitas de carretera y te estás mordiendo el labio. Ya se que hay un montón de opciones para llevarte la bici a donde sea incluso si como es nuestro caso no tienes coche, desde el tren hasta correos u otras compañías de mensajería. Pero sinceramente en mi pueblo si coges la bici es en carretera o en el monte, y yo en ese plan no me veo. Así que de nuevo me he quedado a dos velas, y me dan envidia hasta los niños que van en triciclo por el parque...

Cuando escribo estas líneas desde el pueblo aún faltan días para volver al trabajo, pero se que lo peor serán los primeros recorridos hacia la oficina. Ahí se verá mi falta de tono muscular, por mucha ruta por el monte que haya hecho, y me daré cuenta del fuelle (finamente, capacidad cardiopulmonar) que habré perdido. Sufriré unos días de agujetas y de tener que cambiarme la camiseta al llegar a trabajar, estoy segura. A media mañana tendré un hambre de las que dan vergüenza ajena a mis compañeras de trabajo.

Pero LO ESTOY DESEANDO.

Y tú ¿has pasado el verano sin bici como yo, o has tenido suerte y empeño y has seguido montando todas estas semanas?

Actualización: escribo este añadido tras diez días de mi vuelta al trabajo, un día antes de que se publique este post. Debo decir que la vuelta a la ciudad ha sido tan dura y satisfactoria como esperaba: pese a la ola de calor, he cogido la bici casi todos los días. Todos mis pronósticos se cumplieron, menos, curiosamente, el de las agujetas. Aún no me lo explico. Los esperados tres kilos de más, ahí estaban. Los sudores extra los he minimizado gracias a la eléctrica, tirando un poco más de lo habitual. No ha sido para tanto y ya ESTAMOS DE VUELTA!! :-)