¡Hola
a todos! ¡¡Esta semana tenemos una nueva Bella en bici!! Es decir,
una persona real, de carne y hueso, que comparte con nosotros su
experiencia como ciclista urbana. Por si alguien sigue pensando que
no existe tal cosa o somos pocos y raros. Además, en este caso Irene (@axeitamp en twitter) nos cuenta cosas interesantísimas sobre la combinación de la
bicicleta con otras disciplinas físicas, en este caso, la danza.
Espero que os guste tanto como a mí... Os dejo con ella.
Irene y su amada bici. Nótese su inteligente corte de pelo :-) |
"De
pequeña aprendí a pedalear sobre una BH roja, pero era tan torpe y
delicadita que enseguida me cansé de caerme y de que los otros niños
me adelantasen. Unos años más tarde, repipi como era, me encapriché
con una bici verde con cestita. Me duró dos paseos, lo que tardó en
pincharse una rueda. Ya de mayorcita me daba mucha envidia ver a
cualquier tipo de ciclista, pero, mal asesorada, creía que por mis
lesiones de rodilla y espalda, no podría subirme a una bicicleta.
Afortunadamente,
hace poco más de cuatro años un amigo me dejó una bici de montaña
y, a pesar de las caídas y los golpes (ya he dicho que soy muy
torpe), me enganché, y ya nadie me pudo parar. Al poco tiempo ya iba
en bici al trabajo, primero con una de montaña prestada, luego con
la que me compré en Decartón, que me salió muy rana.
Entre tantas idas y venidas a pedales conocí a mi pareja actual, un
fanático de la bici que me dejó una Dahon maravillosa y, a veces,
su BH del año de la polca, con las que me bregué aún más por las
calles de Madrid, también me regaló una mtb para sustituir a mi
decartona, que fue como pasar de un monopatín a un Ferrari.
Lo
que me costó encontrar fue una bici urbana con cuadro de chica, de
mi talla, con buenos componentes, lo más ligera posible y asequible.
Soñaba con una de estilo clásico, pero todo lo que hay pesa tres
quintales o la mecánica es de risa. Finalmente, el verano pasado, me
hice con una Ghost Square que, si bien tiene algunos detalles
mejorables y una estética un tanto deportiva, se ha convertido en mi
joyita. Me gusta mucho eso de que “la mejor bicicleta para moverte
por Madrid es esa que tienes en el trastero”, pero, a la hora de la
verdad, si vas todos los días de Legazpi a Azca a trabajar, hay una
diferencia abismal entre una plegable, una mtb y una urbana ligerita.
Además, si luego añades el peso de los candados (porque los buenos,
pesan…) y la ropa (entre lo que sudo y el pestazo a diésel,
aprovecho y voy al gimnasio antes de ir a la ofi), ni te cuento…
Como
anéctota, te diré que yo soy “calzadista” y mi chico
“carrilbicista” (aunque va por calzada siempre), tenemos
discusiones muy divertidas!! Al menos a los dos nos molestan por
igual los cicleatones, los que no respetan los semáforos o los que
van sin luces… somos bastante “haters” jaja!
Actualmente
voy a trabajar todos los días en bici y también la uso para ir a la
compra, al teatro o al museo (mi otra pasión es el ballet, pero
también voy mucho a conciertos, museos...), cuando quedo para tomar
unas cañas o para un simple paseo, es un vicio; y tengo dos retos:
aprender algo de mecánica y, este verano, ¡hacer mi primer viaje en
bici!"
- Practicas
la danza como pasión, y la danza puede ser muy dura físicamente.
¿Crees que la bicicleta como medio de transporte es compatible con
ella? ¿Has notado mejoras físicas en tu cuerpo al empezar a montar
en bici?
Depende
del tipo de danza, si hablamos de ballet clásico, que es mi base y
mi pasión, nos enfrentamos a una disciplina muy exigente física y
mentalmente si se practica a nivel profesional. Como medio de
transporte (tranquilo) veo que se puede integrar perfectamente en la
vida de una bailarina profesional. Otra cosa sería querer hacer
ciclismo como deporte y luego bailar, ahí sí pueden surgir
incompatibilidades por el diferente uso y desarrollo muscular y
articular.
Personalmente,
a mí la bici me ha ayudado a recuperar una lesión de rodilla, a
aumentar mi capacidad aeróbica y a bajar de peso, lo cual me ha
venido fenomenal para el ballet. Al mismo tiempo, en ballet se
trabajan la coordinación y el equilibrio, lo que se nota a la hora
de pedalear, y se estira mucho la musculatura, importante después de
subir unas cuantas cuestas. Pero claro, yo sólo soy una aficionada ☹
- Vas
en bici por Madrid... ¿Crees que aprender a montar en bicicleta en
Madrid, por la calzada y con las "dificultades" que
conlleva, te da una base de ciclista urbano todoterreno?
Sí
y no. Habituarte a andar entre coches, que van mucho más rápido,
desarrolla tus reflejos, pero al mismo tiempo, te acostumbras a ir
por un entorno en el que hay normas y, salvo algún energúmeno, que
los hay en todas partes, todo es bastante predecible, por lo que me
parece un entorno seguro. Tengo la experiencia casi contraria de
moverme por Parma, en Italia, una ciudad a priori más fácil, pues
es llana y mucha gente se mueve en bici, sin embargo, los carriles
bici son criminales y por calzada debes ir pegado a la derecha, por
lo que en vez de disfrutar del camino, tienes que ir pendiente de
todo. Obviamente, cuanto más me muevo en bici por Madrid, mejor me
desenvuelvo por otras ciudades o incluso en monte, pero creo que
tiene más que ver con las horas que se echan sobre la bicicleta que
con las “dificultades” de ir entre el tráfico.
- ¿Cómo
suele terminar en casa el debate calzada vs. carril bici? ¿Llegáis
a puntos de encuentro?
Jajaja!
Mi chico, ciclista de toda la vida y cicloturista hasta la médula,
es de los de “carriles bici sí, pero no de esos…”. Normalmente
lo zanjamos en el punto común de que “hay que quitar los coches de
la ciudad, pero nadie se va a atrever a hacerlo”.
- ¿Consideras
que tienes un estilo definido para ir en bici por Madrid?
Siempre he sido muy práctica para la ropa, no me gusta llevar cosas que limiten mis movimientos, así que el hecho de ir en bici no ha condicionado mi armario. Lo que nunca falla es la mascarilla o, si hace sol o ahora con las plagas de mosquitos y el polen, gafas fotocromáticas.
Cuando
voy a trabajar me disfrazo de “lycrawoman”, pues antes de entrar
paso por el gimnasio, así soluciono el problema del sudor y la peste
a diésel y hago el entrenamiento sin el que no puedo vivir. A la
vuelta voy con la ropa que llevo a la oficina, que suelen ser
vestidos. Salvo que vaya a hacer un trayecto corto cuesta abajo,
nunca me pongo el abrigo, como mucho, en invierno, un jersey, y por
supuesto guantes y gorro. Los
findes suelo ponerme vaqueros y camisetas. Y el abrigo, ¡en las
alforjas!
- Háblanos
de tu proyecto de viaje cicloturista para este verano. En qué
medios te estás informando para realizarlo, qué zonas barajas,
cuántos días... un poco tus planes :-)
Salvando
los caminos de Santiago, no hemos encontrado mucha información, así
que la vamos a hacer nosotros estudiando los mapas de carreteras.
Queremos estar unos 8-9 días. Se admiten sugerencias!
¡¡Ya habéis oído gente!! ¡¡Una ayudita con ese viaje cicloturista!! vía twitter a Irene y/o vía comentarios en el blog, para que los aprovechen otros lectores posteriores...
Hasta siempre Irene, y muchísimas gracias por aportar tu granito de arena en la visibilización y normalización del colectivo ciclista urbano :-)
Hasta la próxima!!
Pues animado por la petición última, aquí va a una sugerencia para recorrer la Comunidat Valenciana. Es un proyecto en proceso, hecho con mucho mimo y, aunque se suele decir que las bicis son para el verano, en este caso pueden ser mucho mejor en primavera u otoño, incluso en invierno https://valenciacicloturismo.wordpress.com/rutas-de-una-o-dos-jornadas/alicante/
ResponderEliminarQué buena recomendación!! Yo como acabo de conocer Zamora, añado una ruta que me pareció muy bonita... Zamora-Toro por la orilla del Duero. Tenía pintaza!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el artículo y la filosofía de la protagonista. Enhorabuena!
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