Tú, cada mañana. :-) Imagen vía mpora.com |
- Turbobooster anti-cansancio. Sólo has desayunado un café o unos frutos secos, pero este tentempié frugal te basta y te sobra para un trayecto de media hora en bici entre el tráfico de la gran ciudad. Llegas fresco y revitalizado, con una sensación de alerta y bienestar, de forma inexplicable para tus compañeros de trabajo.
- Retrovisión. Tú no necesitas espejo retrovisor, porque eres capaz de rápidos giros de cuello que te dan perfecta idea de lo que hay detrás de tí en cualquier momento. Su repetición espaciada en décimas de segundo permiten a tu cerebro calcular la velocidad aproximada de los vehículos que se aproximan. A veces te preguntas cuántos grados estás girando realmente tu cabeza. Mejor no lo pienses.
- Rayos X de serie. Tú has aprendido a ver cosas donde no se ve ni un pimiento. Hay un camión estacionado en el cruce, pero tú ves si vienen coches viendo su reflejo en los escaparates de una tienda cercana. También eres capaz de ver vehículos y peatones en movimiento literalmente a través de coches aparcados. Bueno, a través de los cristales de sus ventanillas, que es lo mismo. Un leve movimiento entrevisto a través de pequeños agujeros de una valla te indican que otra bici o peatón van a cruzarse contigo.
- Calculador de trayectorias. En las zonas compartidas con el peatón, tu cerebro es una engrasada maquinaria de calcular trayectorias erráticas, diagonales, e incluso "eses", que abundan bastante. Eres experto en diagnosticar si esa señora va a parar a atarse un zapato o si se girará de repente en dirección contraria hacia esa papelera.
- Visión angular. Tú tienes tres campos de visión: el normal, el ampliado, y el difuso, en el que no ves ya muy bien, pero detectas movimientos que puedan requerir un vistazo rápido de seguridad. También se conoce a este superpoder como ojos de camaleón, porque su efecto suele ser un bonito estrabismo ocasional.
- Brazos de Shiva. El ciclista urbano es capaz de hacer casi de todo con las manos y brazos, desde indicar su intención de girar o frenar, hacer una foto a esa flagrante injusticia, sonarse los mocos, cambiarse las gafas de ver por las de sol graduadas, encender sus luces, y tocar el timbre a la vez que se frena y se señaliza. No se sabe si tiene más de dos brazos o es experto en gimnasia sueca. Se sigue investigando el tema.
- Sentido arácnido. No es ni vista, ni oído, ni olfato ni la combinación de los mismos. Es un sexto sentido que te avisa del peligro antes de que aparezca: no funcionan los semáforos de una glorieta, se aproxima una ambulancia a toda velocidad, o detrás de esa esquina saldrá un runner directo hacia ese paso de cebra. Superpoder esencial en las calles de tu ciudad.
- Poder Macgyver. Estás listo para arreglar sobre la marcha casi cualquier desperfecto que le ocurra a tu bici. No se sabe de dónde, sacas tu kit de herramientas, y si no, improvisas con lo que haya. Porque también tienes el poder de atraer ciclistas solidarios en tu rescate.
- Vuelo libre. Vale que no es volar, pero esos planeos que te pegas en las cuestas abajo, anda que no molan...
No podemos olvidar el especial y fiel vehículo de superhéroes: la bicicleta! Dependiendo de sus funcionalidades, estas les proporcionan nuevas ventajas: las bicis eléctricas, rapidez sin sudor; las plegables, llegar a todas partes sin aparcar; las clásicas, estilo y ligereza; las sencillas, con el poder de no atraer la mirada de los ladrones de bicis; las cargo, con espacio extra para llevar cosas, personas y animales...
Ojo, los superpoderes ciclistas pueden usarse para el bien, ¡¡pero también para el mal!! También hay villanos de la bici en tu ciudad:
- BiciNinja. Gusta de circular de noche sin absolutamente ninguna luz ni reflectante. Combina esta práctica de invisibilidad con la circulación por la acera, el uso de calles en dirección contraria, y la falta de respeto a los semáforos. Este villano amante del riesgo se la juega mientras pone en peligro a los demás.
- Flashbike es el polo opuesto del anterior. Por su seguridad, muchas veces por la acera, y a plena luz del dia, le encanta usar unas luces delanteras extremadamente deslumbrantes, y a veces parpadeantes, sin importarle restar visión a peatones, ciclistas que vayan en dirección contraria, o conductores de coches. A veces combina esta práctica con el uso de indumentaria fosforescente y todo tipo de luces y reflectantes instalados tanto en su bici como en sus accesorios. Los científicos aún están estudiando si se trata de algún ritual de exhibición y apareamiento.
- El ciclista sin brazos. Este terrorífico ejemplar parece provenir de entornos circenses. Su especialidad es pedalear sin sujetar el manillar incluso en las ocasiones que más lo desaconsejan, como al cruzarse con otro ciclista, girando en una rotonda, o pasando muy cerca de peatones en una zona de parques. Suele combinar esta práctica con caballitos y piruetas que nada tienen que ver con la sana práctica deportiva.
- MisterInstagramer. Variante del anterior, no puede evitar llevar el móvil en ristre continuamente, documentando con filtro valencia todas y cada una de sus aventuras urbanas. En sus redes sociales no faltan los selfies realizados montando en bici. A pesar de su evidente pericia, es un auténtico peligro.
- Speedy. Con su uso irresponsable de la bicicleta eléctrica pública, desarrolla unas velocidades totalmente innecesarias, se nota que no carga el la batería. Tampoco sufre usándola en bordillos de cualquier altura, por la acera e incluso en escaleras. La batería de su bici le lleva al lado oscuro.
- Sin frenos. Usuario de bici acrobática que además se desplaza con ella por la ciudad, sin frenos. Este ejemplar irá pegando sustos por doquier, hasta que el susto se lo lleve el. Cuidado chavales.
¡¡Espero que os haya gustado!! ¿Conocéis algún superpoder ciclista más? ¿Algún supervillano de la bici con el que os crucéis cada mañana?
Por cierto, buscando imágenes para el post, encontré este artículo que me encantó, ¡os lo recomiendo! Once super poderes que todo ciclista querría tener. ¡Muy bueno!
¡Hasta la semana que viene!