lunes, 5 de mayo de 2014

Niños: crecimiento y cambio de bici

El domingo pasado tuvimos una crisis familiar que pudo ser de gran magnitud, pero que por suerte se resolvió en minutos. Mi hijo (que mide ya casi un metro pero no tiene aún los tres años) se estaba aferrando a su moto del Imaginarium más de lo deseable. Le quedaba enana ya, pero se sentía muy cómodo con ella y pasaba olimpicamente de la bici con ruedines y pedales, de pesado metal, que teníamos ya preparada como relevo. No había manera, no tenía fuerza para avanzar pedaleando. Pero ese dia  nada más salir de casa se cayó y la moto de plástico se rompió. Al darnos cuenta que no tenía arreglo, tuvo que ir a la basura, sin más sentimentalismos por nuestra parte. Tras mini-berrinche ante su bici metálica "de mayores", que era la que queríamos que usara a continuación, pero que el aún rechaza, decidimos salir caminando. Y resulta que In Bicycle We Trust abría por primera vez en domingo. "La salvación", pensé yo, entramos y probamos bicis intermedias, elegimos y nos fuimos. Como estábamos con mi madre, al principio hubo dudas entre triciclo con pedales, para aprender a la antigua usanza, y bici de equilibrio sin pedales ni ruedines, que al elegir el niño es la que terminó ganando. Y mi pichín salió de la tienda montado en esta belleza:

La tronco-Harley de las bicis infantiles

En su primer día con la Lite 12 de Early Rider el tío se ha portado, la verdad. Teniendo en cuenta que su vehículo anterior tenía unas ruedas de plástico anchísimas, y que se quedaba de pie al ponerlo en el suelo, ha debido notar diferencia al tener ahora ruedas finas con radios y cámara. Pero en dos manzanas lo ha cogido. Le queda por mejorar no tirarla al suelo al bajarse, y a partir de ahora no se libra de ir siempre con casco, pero estamos los tres muy contentos con el cambio. Para el es obvio que supone un cambio: ha pasado de decir moto a decir "su bici". Una semana después, ya se tira cuesta abajo a lo bruto, levanta y planea con los pies, frena y derrapa. También ha querido customizarla con unas pegatinas de conocidos dibujos de Píxar, ejem, pero oye, ¡es su bici! Ahora los días que su padre le recoja en la guardería con su bici en mano, tendré que dejar su casco allí, en vez de llevármelo a trabajar sujeto en la silla portabebés. Tendremos que organizarnos y comunicarnos cada día sobre este tema, para que el crío no vaya nunca sin casco.

Mucho por delante!

Se supone que esta bici dura hasta los cuatro años, ¡ahí espero que la bici metálica con pedales (heredada) que tiene preparada ya le seduzca más! Qué bonito es ver crecer a los peques y verles disfrutar en sus bicis, ¿verdad?
Espero que os haya gustado, hasta pronto ciclistas!

1 comentario:

  1. Mi sobrino de dos años tiene una del estilo y va genial, pero su hermana de tres no le pilló el tranquillo, y eso q yo quería hacerla ciclista. Cada niño es un mundo!

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